Técnicas para comunicarnos de forma inclusiva, por Emilia Alegre
El sexismo lingüístico es el uso discriminatorio del lenguaje. El español no es sexista, sexista es el uso que nosotros le damos al idioma. Por eso debemos elegir con cuidado las palabras que utilizamos.
Actualmente muchas marcas intentan generar diversidad y fomentar la inclusión, pero por desconocimiento terminan excluyendo aún más.
Para evitar esto y escribir contenidos digitales de forma inclusiva, vamos a repasar brevemente las 12 técnicas que Emilia Alegre desarrolla en su libro “UX Writing con empatía de género”.
1 Parafrasear
Es una de las técnicas más fáciles. Consiste en buscar otras palabras para decir lo mismo, sin marcas de género, respetando el significado original del mensaje así no se pierde información en el proceso.
Por ejemplo: “Soy el dueño del auto” por “El auto está a mi nombre”.
2 Cambiar el punto de vista
Cuando decimos ciertas palabras o frases por inercia perdemos la visión sobre ellas. El invertir su orden y nuestra perspectiva, hace ruido y nos lleva a procesar la información con mayor conciencia.
3 Ampliar con una explicación
Cuando nos es inevitable preguntar por un dato como sexo o género, una buena alternativa es dar una explicación sobre por qué lo preguntamos para evitar malas predisposiciones.
Por ejemplo: algunas empresas necesitan hacer estadísticas y para eso piden el sexo o género. En se caso lo ideal es aclarar para qué van a usar esos datos.
4 Desdoblar terminaciones
Cuando no podemos parafrasear y tampoco tenemos espacio para poner todas las opciones, le podemos agregar a una palabra masculina una barra al final para incluir la terminación en femenino o viceversa.
Por ejemplo: soltero/a/e
Se recomienda no abusar de esta técnica.
5 Usar los dos géneros gramaticales
Consiste en mencionar expresamente ambos géneros, ya sea desde el sustantivo o el artículo. Lo importantes es dejar cerca del sustantivo el artículo que lo modifique.
Por ejemplo: “Los padres” por “Los padres y las madres” o “Los pasajeros” por “Las y los pasajeros”.
6 Eliminar lo innecesario
Algunas veces, en pos de crear una experiencia personalizada, se pueden tocar temas sensibles para algunas personas. En ese caso, deberíamos preguntarnos si ese dato realmente aporta valor. Si no lo hace se lo puede eliminar o buscar otra estrategia.
Por ejemplo: reemplazar “Señor/Señora/Señorita” por “Apodo o nombre de preferencia”.
7 Compensar con otros elementos
No siempre podremos lograr un texto natural, ya que hay frases muy instaladas como “Día del maestro”. Pero podemos añadir elementos inclusivos que interpelen a más gente.
Por ejemplo: incluyendo una foto en la que aparezcan maestros y maestras.
Destacamos que desde hace un tiempo se empezó a usar en Argentina “Día de la amistad” en lugar de “Día del amigo” o “Día de la infancia” en lugar de “Día del niño”. Esto es así porque el uso del masculino genérico invisibiliza todo lo que no es masculino y las nuevas generaciones merecen heredar una lengua más justa.
8 Ampliar opciones que se adapten al contexto
Si preguntamos el sexo, tenemos tres opciones: mujer/hombre/intersexual (antes se usaba hermafrodita pero se dejó de usar por ser un término despectivo).
Si preguntamos el género es incorrecto dar solo dos opciones: masculino/femenino. Tenemos que incluir respuestas que se adapten al nuevo contexto en el que vivimos (no binario, bigénero, andrógino, drag queen, entre otros).
También es importante frenar y preguntarnos por qué necesitamos ese dato y qué valor agregaría.
9 Crear neologismos
Es la creación de palabras nuevas, como cuando una marca se convierte en sustantivo.
En muchos casos sirve para darle un nombre sin marcas de género a las personas que pertenecen a algo.
Por ejemplo: “Repartidor de comidas” por “Rappi o Glover”.
10 Usar palabras sin marcas de género
En pos de incluir a todas las personas por igual. Un buen recurso para esta técnica es el uso de sustantivos colectivos.
Por ejemplo: “Los vecinos” por “La vecindad”, “Los invitados” por “Las personas invitadas” o “Los médicos” por “El personal médico”.
11 Usar relativos
Son pronombres que hacen referencia a personas.
Podemos usarlos para evitar utilizar pronombres con marca de género.
Por ejemplo: “El que sepa leer” por “Quien sepa leer” o “Los que tengan que” por “Quienes tengan que”.
12 Adjetivizar relativos
Una forma simple de evitar la marca de género a la hora de adjetivar algo es haciendo que el adjetivo se convierta en adverbio.
Por ejemplo: “Operá tranquilo” por “Operá con tranquilidad”.
En síntesis: el español es un idioma vasto y lleno de herramientas para comunicarnos de forma inclusiva, sin necesidad de recurrir a la «e», al símbolo «@» o a la letra «x». Si bien son válidas, debemos tener en cuenta que no son las más recomendadas para la accesibilidad digital porque pueden complejizarles la experiencia a personas con alguna discapacidad visual.
Apliquemos con cuidado las técnicas para llegar a todas las personas que están detrás de la pantalla, sin perder la voz y la personalidad de nuestra marca.